También conocida como Teresa de Ávila (1515-1582), heredó de su madre el gusto por la lectura de vidas de santos y novelas de caballerías. A pesar de la inicial reticencia de su padre, ingresó a los veinte años en el Convento carmelitano de la Encarnación. Su vocación religiosa la llevó a emprender la fundación de quince conventos por Castilla y Andalucía, empresa que se recoge en el Libro de las Fundaciones. Escribió acerca de la vida espirit...
Leer más