Es licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, y actualmente da servicios de marketing a diversos desarrolladores de videojuegos, quienes, para desgracia de Diego, gustan de invitarlo a viajes en el extranjero para ver las nuevas entregas de sus títulos y comer en restaurantes a los que, de otra manera, jamás
podría entrar.
En el DF, dedica su tiempo libre a ver películas, jugar futbol amateur y, sobre todo, tomar fotos de aquello que come en los restaurantes chilangos para subirlas a la única red social que usa: Instagram. Si el lector quiere mentarle la madre, basta buscarlo en la colonia Roma, donde, como buen mandilón, saca a pasear al chihuahua anciano de su esposa o sale a comer con sus amigos los viernes a las tres de la tarde.