La vertiginosa carrera por el desarrollo de las armas de destrucción masiva.
Si el conocimiento es siempre poder, en el ámbito de la física esta afirmación cobra un escalofriante sentido. Produce vértigo el abismo que separa la apasionante aventura del saber que emprendieron pioneros como Marie Curie, movidos por el deseo de desentrañar los secretos de la materia para mejorar la vida humana, y el uso destructivo que se acabó dando a sus descubrimientos. Diana Preston entreteje biografía, historia, física y política para recorrer el camino que lleva en tan sólo cincuenta años, entre finales del siglo XIX y mediados del XX, de un extremo a otro: de la curiosidad compulsiva y el deseo de saber, a la instrumentalización del conocimiento como arma de destrucción. Y lo hace poniendo en primer plano a los grandes protagonistas de la historia de la bomba atómica: científicos como los Curie, Bohr, Oppenheimer o Einstein, y políticos como Roosevelt, Churchill, Truman, Hirohito o Hitler, sin olvidar a las víctimas y a personajes anónimos que no han pasado a la historia.