Es hijo adoptivo del DF desde los cuatro años. Creció andando en patines dentro de Plaza Inn, jugando videojuegos (también en Plaza Inn), yendo al cine (en Pedregal 70), acabando con las fuentes de queso en Chazz, leyendo uno que otro libro y huyendo de la policía (de Plaza Inn). Rápidamente se apropió del argot y acento chilangos, para que sus amigos dejaran de joderlo por ser argentino, y en vacaciones recorrió toda la República Mexicana con...
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