Se fue de casa a los diecinueve años, con nueve cajas de libros, un trabajo de telefonista de medio tiempo y su correspondiente medio salario con el que lograba sobrevivir. Consiguió, perseverante y atrevida, hacer caso omiso de las advertencias de quienes afirmaban que con sus aspiraciones artísticas iba a morir de hambre. Hoy, algunos años más tarde, no solo puede estar orgullosa de sus estudios de Dramaturgia y Actuación, sino que es además...
Leer más