Nunca volveremos a ser las mismas... y ni falta que nos hace
Maica es una mujer incorrecta, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y un pecho que empieza a no ser lo que era. Al borde de los cincuenta y de unos cuantos precipicios vertiginosos más, está divorciada, es la madre sufridora de una hija adolescente y vive peleada con el mundo en general y con su madre y con los hombres en particular.
Por lo demás, esta abogada que no se tiene más que a sí misma para hablar en su defensa, adicta al trabajo y a los consejos bienintencionados que le propina su mejor amiga, iniciará un camino desde el desconcierto a la aceptación a lo largo del cual aprenderá que un sentido del humor bien administrado no sólo es el mejor antídoto para cualquier sofoco sino la única brújula capaz de ayudarnos a salir airosas de las peores tormentas.
Cuando ya ha amainado la oleada del chick lit sobre mujeres en busca del amor ideal, llega el tsunami sobre las cincuentonas que se han dado cuenta de que la vida no iba de eso, que la vida era otra cosa.
Una protagonista con un sentido del humor descacharrante que no deja títere con cabeza: ex maridos, amantes, la ingratitud de los hijos y la esclavitud del trabajo son puestos en solfa de una forma que hará sonreír a cualquier mujer independientemente de su edad o condición.
Después de que tantas cosas hayan salido del armario, llegamos al último cajón: si hay algo de lo que no se ha hablado nunca es la menopausia. Por fin esa etapa está llegando a la conversación… y de qué manera.
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