Ángel Viñas es catedrático de Economía desde 1975 y técnico comercial y economista del Estado desde 1968. Sus últimas obras son En las garras del águila. Los pactos con Estados Unidos, de Francisco Franco a Felipe González (1945-1995) (Crítica, 2003) y La soledad de la República. El abandono de las democracias y el viraje hacia la Unión Soviética (Crítica, 2006). El escudo de la República. El oro de España, la apuesta soviética y los hechos de mayo de 1937 (Crítica 2007), El honor de la República. Entre el acoso fascista, la hostilidad británica y la política de Stalin (Crítica 2008) y, con Fernando Hernández, El desplome de la República (2009). Como fruto de su actividad diplomática, cabe destacar también Al servicio de Europa. Innovación y crisis en la Comisión Europea (2005).
Se cumplen 75 años del golpe de Estado del 18 de julio, el que supuso el inicio de la guerra civil española y dio paso a una dictadura de casi 40 años. Desde entonces, la contienda española es el hecho, después de la segunda guerra mundial, que más literatura ha generado en todo el mundo. Algunos historiadores consideran que ya se sabe todo sobre la conspiración de los generales golpistas. Otros, por el contrario, sostienen que todavía quedan muchas incógnitas. Informe Semanal analiza algunos de estos interrogantes que aún siguen abiertos, a pesar del tiempo transcurrido.
LA VERDAD, Almudena Grandes
Escribo esta columna bajo el impacto que me ha causado el último libro de Ángel Viñas. Fruto de una investigación exhaustiva en secciones recientemente desclasificadas de diversos archivos, La conspiración del general Franco aporta argumentos decisivos para desmontar lo que aún es la versión canónica del 18 de julio de 1936. Pero lo que más me ha impresionado no es que Franco pudiera volar desde Canarias hasta Marruecos gracias al probable asesinato del general Balmes, ejecutado para darle la excusa de ir a su entierro y viajar así desde Tenerife hasta Las Palmas. Ni siquiera los indicios de que algunos servicios o, al menos, algunos servidores de la Inteligencia británica estuvieran al corriente, si no implicados en la conspiración. Lo que más me afecta es que en 2011 aparezca un libro capaz de contarlo.