Margaret Edith Weis y Tracy Hickman son creadores del universo literario y de juegos de rol Dragonlance. Weis se graduó en la Universidad de Missouri, y en 1983 comenzó su trabajo para TSR, quienes desarrollaron el primer videojuego ambientado en el mundo Dungeons and Dragons (D&D). En esta empresa, formó equipo de desarrollo con Hickman para la creación de la Dragonlance, todo un filón que comenzó con los juegos de rol y se extendió a la literatura. Las ventas de los libros de esta colección han significado millones de ejemplares en todo el mundo.
Una novela de Dragones y Mazmorras.
Ahora todo el mundo sabe que los esbirros draconianos de Takhisis, la Reina de la Oscuridad, han vuelto. Todas las naciones se disponen a defender sus hogares, sus vidas y su libertad. Pero las razas llevan largo tiempo divididas por el odio y los prejuicios. Los guerreros elfos luchan contra los caballeros humanos. La guerra parece perdida antes de comenzar. Los compañeros se ven separados por el conflicto, viviendo distintas aventuras.
Pasará una estación completa antes de que vuelvan a reunirse, si es que lo consiguen. Bajo el pálido sol invernal, un caballero caído en desgracia, una doncella elfa mimada y un kender algo chiflado ven cómo se acercan las tinieblas. Nadie diría que son unos héroes. Y ellos, menos que nadie.
Ahora todo el mundo sabe que los esbirros draconianos de Takhisis, la Reina de la Oscuridad, han vuelto. Todas las naciones se disponen a defender sus hogares, sus vidas y su libertad. Pero las razas llevan largo tiempo divididas por el odio y los prejuicios. Los guerreros elfos luchan contra los caballeros humanos. La guerra parece perdida antes de comenzar. Los compañeros se ven separados por el conflicto, viviendo distintas aventuras.
Pasará una estación completa antes de que vuelvan a reunirse, si es que lo consiguen. Bajo el pálido sol invernal, un caballero caído en desgracia, una doncella elfa mimada y un kender algo chiflado ven cómo se acercan las tinieblas. Nadie diría que son unos héroes. Y ellos, menos que nadie.