Paolo Giordano (Turín, 1982) es doctor en Física, periodista, guionista y escritor. Colabora regularmente con el diario Corriere della Sera. Su aclamada primera novela, La soledad de los números primos, mereció el Premio Strega 2008 y el Premio Campiello a la mejor ópera prima. Giordano es también autor de las novelas El cuerpo humano, Como de la familia y Conquistar el cielo, así como del ensayo En tiempos de contagio. Con Tasmania, su novela más reciente, y elegida de manera unánime como mejor libro del año 2022 en Italia, Giordano ha escrito una novela sobre el presente y el futuro: el futuro que deseamos, el que no tendremos y el que estamos construyendo, y nos recuerda que cada uno puede encontrar su Tasmania, ese lugar seguro que todos buscamos. Leyendo esta deslumbrante novela, es difícil que el lector no se sienta involucrado.
Un clásico inolvidable y más actual que nunca.
Cuando su padre la obliga a asistir a una escuela de esquí, Alice sufre un grave accidente que la marcará para siempre. A su vez, Mattia, un niño reservado, carga con las fatales consecuencias de un acto que cometió poco tiempo atrás. La infancia ha causado en Alice y en Mattia esa clase de heridas que difícilmente cicatrizan, y que los abocan a una soledad devastadora durante su adolescencia. Sin embargo, en el momento en que los dos se encuentren, nacerá la amistad y sus vidas se entrecruzarán hasta, en ocasiones, sentirse estrechamente unidos. Alice se dedicará a la fotografía, y Mattia desarrollará su talento para las matemáticas. Y sin embargo, igual que esos números especiales conocidos como «primos gemelos», algo los mantiene irremediablemente «solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad», como piensa Mattia.
Cuando su padre la obliga a asistir a una escuela de esquí, Alice sufre un grave accidente que la marcará para siempre. A su vez, Mattia, un niño reservado, carga con las fatales consecuencias de un acto que cometió poco tiempo atrás. La infancia ha causado en Alice y en Mattia esa clase de heridas que difícilmente cicatrizan, y que los abocan a una soledad devastadora durante su adolescencia. Sin embargo, en el momento en que los dos se encuentren, nacerá la amistad y sus vidas se entrecruzarán hasta, en ocasiones, sentirse estrechamente unidos. Alice se dedicará a la fotografía, y Mattia desarrollará su talento para las matemáticas. Y sin embargo, igual que esos números especiales conocidos como «primos gemelos», algo los mantiene irremediablemente «solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad», como piensa Mattia.