Durante la primera guerra mundial, se refugia en Zurich y, en 1916, toma parte activa en las tumultuosas veladas del célebre Cabaret Voltaire, así como en la fundación del grupo Dada. En obras como La primera aventura celeste del señor Antipirina (1916) y Veinticinco poemas (1919), refleja los rasgos esenciales del dadaísmo: la recusación de toda forma de jerarquía social, la confusión de los géneros y el valor concedido al espectáculo. Tentad...
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