Madrileño, calipédico, dromomaníaco, lector voluntarioso y escritor ocasional, los atascos del nudo de Manoteras y las esperas en aeropuertos y estaciones de tren le han permitido profundizar en sus enciclopédicos conocimientos inútiles.
Vivió y sobrevivió a la movida madrileña desde dentro del inframundo cultureta: es fundador del Festival de Otoño de Madrid de donde egresó para pisar las moquetas del Instituto Nacional de Artes Escénicas y la Música del Ministerio de Cultura; también ha sido Director de promoción y prensa de la Compañía Nacional de Teatro Clásico bajo la dirección de Adolfo Marsillach y dirigido el Teatro Bulevar.
Hace años que cazcalea junto a Mago More.