Una historia de amor, pérdida y amargas traiciones. El lamento de Electra muestra que a veces debes arriesgarlo todo para proteger a los que amas.
Cuando Agamenón, rey de Micenas, sacrifica a su hija Ifigenia para apaciguar a los dioses, la reina Clitemnestra jura hacer lo que sea necesario para proteger a sus hijos restantes, Orestes y Electra. Sin embargo, ellos no saben lo cruel que puede llegar a ser su padre, por lo que cuando su madre decide casar a Electra con un hombre al que no ama para mantenerla segura y luego establece una alianza para derrotar a Agamenón, ambos hermanos fraguan un plan para vengarse sin conocer los verdaderos motivos detrás de las acciones aparentemente malvadas de su madre.
Si eres fanático de los dioses vengativos y las feroces rivalidades familiares, te encantará la épica historia de Hannah Lynn sobre una de las tragedias más formidables de la antigua Grecia.
«—Deberíamos detenernos ya —dijo Clitemnestra mirando a Electra hacer
una mueca ante su mala fortuna—. Has dado una buena pelea.
—Aún no estoy desarmada —respondió Electra— ¿O estás demasiado asustada para continuar? Tal vez todo tu sermón sobre protegernos es únicamente eso: un mero sermón. Tal vez yo debería estar a cargo de la seguridad de la familia mientras mi padre está ausente. Tal vez yo debería estar a cargo y punto. Es claro que nunca has estado a la altura de las circunstancias.
Era obvio que se lo decía para provocarla, pero funcionó mucho mejor de lo que Electra esperaba. Tenía razón. Clitemnestra no había estado a la altura de las circunstancias. Cuando llegó a Micenas, estaba débil y deshecha, había tenido que perder a otro hijo para darse cuenta de ello. Pero ahora, ahora sí estaba preparada.
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